Labiano está situado en el Valle de Aranguren (Navarra).
Labiano en el Misterio de Obanos:
- Se trata de un lugar diegético en la obra (se nombra pero no aparece representado o escenificado en el Misterio).
- La mula que transporta el cuerpo de Felicia desde Amocáin llegará a Labiano y, a sus afueras, se detendrá ante la iglesia dedicada a San Pablo, que actualmente tiene el título de Basílica de San Pablo y de la reina Santa Felicia («La mula, al fin, se detuvo / en el lugar de Labiano / y, con su preciosa carga, / cayó, rendida de brazos, / ante al iglesia en que se honra / la conversión de San Pablo. Allí descansa Felicia, / muerta por su cruel hermano. / Allí la venera el pueblo / que santa la ha proclamado«). Por el camino viejo podría haber hecho casi 16 kilómetros (en 3h 45′ a paso humano), o 18 en otra ruta alternativa (4h 30′), pero actualmente por carretera hay 22,2 km (que se recorren en 27 minutos).
- A día de hoy (2025) dicho templo sigue guardando, a modo de reliquia, un cadáver de mujer (y su brazo separado, en un relicario que muestra una mano), que la veneración y la tradición popular atribuyen a Santa Felicia desde, al menos, el año 1510 (documentado en dicho año según el «Tratado sobre supersticiones» de Martín de Andosilla, canónigo de Pamplona, que indica que ya existía anteriormente).
Versión de la leyenda de la muerte de Santa Felicia tal y como se cuenta en Labiano:


En azul y cursiva, los textos literales (entrecomillados) del cuadro sito en la ermita de Labiano donde se narra esta versión, según transcripción publicada en el libro «Labiano. Santuario de S. Pablo y Sta. Felicia. Historia y actualidad» del sacerdote Jesús Equiza (2001). En granate la comparación y cambios con la leyenda tal y como se cuenta en Obanos. En verde las coincidencias exactas con la versión de Obanos.
- Son hijos de los reyes de Francia: «Los santo hermanos Felicia y Guillermo (…) dicen haber sido hijos de los Reyes de Francia«.
- En Obanos son duques de Aquitania.
- Viajan juntos: «Partieron los dos hermanos en romería a Santiago de Galicia (…) con tanta pobreza que ni siquiera llevaron un sirviente«, viajando «solos en edad tan peligrosa«.
- En Obanos Felicia viaja ‘sola’ (con un séquito pero sin su hermano).
- Felicia le dije a Guillén que se queda (en Navarra) y que no vuelve a Francia. Él sí que vuelve: Volviendo de Santiago «caminando para Francia«, Felicia «se había propuesto huir de la babilonia de la Corte y del estado conyugal«. Deseando «guardar sumamente su pureza virginal, consagrada al Esposo celestial, resolvió decir a su hermano que fuese solo a Francia y que ella, por servir a Dios, quedaba donde desembarazada pudiera atender a dicho servicio solamente«. «Fueron tales y tan eficaces las súplicas y lágrimas de Felicia, que (Guillén) la dejó [se entiende que en Navarra], y , solo, partió para Francia«.
- En Obanos Felicia no avisa a nadie de que se queda: se fuga de su séquito, que regresará solo y sin poder dar noticias de las intenciones de Felicia ni de donde se ha quedado.
- Felicia elige ser criada y mortificarse con trabajos: Aunque no se nombra aún, se sabrá después que lo hará en Amocáin. «Libre de un testigo de tanto embarazo para sus santos fines, buscó donde servir de criada, confiando con un destino tan humilde y repugnante a su elevado rango mortificar varonilmente su amor propio y ejercitar todas las virtudes, a cuya perfección anhelaba con toda ansia«. Felicia «Olvidaba siempre (…) quien era, (y) solamente ansiaba agradar más a Dios, despreciando los bienes temporales y las grandezas del mundo, obedeciendo y humillándoselo en las fatigas de su servicio«.
- Coincide con la versión de Obanos.
- Milagro del pan y las piedras: Felicia «se esmeró en la abstinencia y en la caridad del prójimo, dando su comida a los pobres«. «Supo el amo las limosnas que hacía, y juzgando que le hurtaba de su casa, acechándole (…) vio que metía pan en la vasija del agua«. «Le salió al encuentro cuando iba por agua; preguntóle qué llevaba en la vasija, y ella contestó que unas piedras, y mostróselas, y así lo eran a los ojos del amo, aunque (eran) pan en las manos de los pobres a quienes distribuyó luego que el amo se había alejado«. Pero luego el amo comenzó a admirarla «tanto más cuanto con mayor cuidado observaba las virtudes de que estaba poseída su criada Felicia, la veneraba ya más que la amaba, con toda su familia«.
- Estos detalles no se cuentan en la versión de Obanos pero, aparentemente, sí en la de Amocáin (en Elía).
- Guillermo volvió a Francia y sus padres le piden que regrese para buscar a Felicia: «recibieron gran pena sus padres de no ver a la hija en su compañía, y enterados de cuanto con referencia a ella ocurría, en medio de su dolor lo mandaron por una prenda tan amada«.
- En Obanos Guillermo es quien decide salir en búsqueda de su hermana (el séquito de Felicia es quien le dice que la han perdido o se ha escapado en el camino de vuelta).
- Guillermo encuentra y mata a Felicia en Amocáin: «Volvió a España y supo que su hermana estaba sirviendo en el Señorío de Amocáin, del Valle de Egües, partido judicial de Aoiz, provincia de Navarra. Buscóla, y quiso persuadirle con amorosa palabras de su vuelta a Francia, más no se dejó vencer la santa doncella, antes le dijo que primero la llevaría muerta que viva, y colérico el hermano le quitó la vida, y no contento con esto, quiso en vénganla de su honor, llevar alguna señal, luego que la vio difunta» (pero no dice a qué señal se refiere).
- En este caso el asesinato se comete estando los dos hermanos a solas (en Obanos es ante los señores de Amocáin y otros sirvientes).
- Guillermo se arrepiente (pero no va de nuevo a Santiago) y se retira como ermitaño (sin especificar que fuese a Obanos): «Pero entonces, con una maravilla que Dios obró sobre Felicia su sierva, conoció Guillermo su pecado, y para satisfacción de la pena, escogió por morada una ermita, donde hizo vida tan penitente que con razón es tenido por Santo, obrando Dios muchos milagros por su intercesión«. Aquí termina la parte de Guillermo según la versión de Labiano.
- No se indica, pues, en Labiano, que Guillermo fuese a la ermita de la virgen de Arnotegui de Obanos.
- Coincide con Obanos en que, para purgar su pecado, Guillén consagró su vida como ermitaño.
- Los señores de Amocáin entierran a Felicia: «Los señores de Amocáin, solícitos y angustiados por la falta de su amada Felicia, la buscaron, y encontraron muerta» y «la enterraron en la iglesia del mismo lugar«.
- No coincide con Obanos en que los señores de Amocáin se la encuentran muerta (en Obanos ellos son testigos del crimen).
- Coincide con Obanos en que ellos entierran a Felicia en la iglesia de Amocáin.
- Milagro del clavel en la sepultura: «En ocasión de que la Señora de Amocáin fue a cumplir sus devociones, vio que de la sepultura de su criada salía un hermoso clavel. Avisó al marido, y absortos ambos de tal maravilla, que crecía y era tan orodífero, hicieron abrir la sepultura y descubrieron con gozo increíble que el clavel nacía de la misma herida de que había muerto su amada Felicia. Con milagro tan patente conocieron ser Santa«.
- El milagro del clavel coincide con Obanos si bien allí se especifica que el clavel era blanco. En Obanos también abren la sepultura y ven que el clavel nace de la herida.
- Pero en Obanos desde un principio Felicia fue depositada y enterrada en un arca (en Labiano se entiende, por lo que cuenta a continuación, que fue sepultada directamente en la tierra).
- El arca sale sola de la iglesia y no la pueden levantar para volverla a meter: «Para mayor decencia, ayudados del Cura, la colocaron en un arca que al efecto mandaron construir«. «Mas no quiso Dios que un tesoro tan precioso estuviese oculto en la oscuridad de aquellos montes, y, por medio de otros ruidosos prodigios, dio una gran celebridad a la santidad de su sierva y un impulso muy valiente a la devoción de los fieles, para que se aprovecharan de su mediación. Al imperio secreto de su voz omnipotente, el arca donde se custodiaba el santo cuerpo salió de la Iglesia, sin verla nadie, y, cuando el Señor de Amocáin la echó de menos, buscándola en compañía de sus criados, con ansiosa solicitud, la hallaron en el campo, no pensaron lo ordenaba Dios, y quisieron volverla a la misma iglesia; mas, ¡oh maravilla!, se hizo tan pesada que no pudieron hacerle perder tierra».
- Coincide con Obanos.
- Ponen el arca sobre una mula: «Dieron cuenta al Cura del prodigio, y éste al Prelado, el que respondió que hiciesen lo que más convenía, y el Cura, inspirado por Dios, dispuso que el arca se pusiera sobre una mula, dejándola a rienda suelta que la guiase la Providencia. ¡Qué expectación! Colocada el arca sobre la mula, para lo que se hizo muy ligera, principió a andar por sí misma, con asombro de innumerables personas de aquellas montañas que habían sido atraídas por el ruido de las repetidas maravillas, y la seguían apesadumbradas de que se les alejaba una prenda tan estimada que ocupaba sus corazones. Caminaba la mula, y en su tirado arreglado y sosegado curso demostraba claramente por quién iba dirigida. Voló la fama, y cada pueblo adonde se acercaba salía procesionalmente, tocando a la vez las campanas con universal gozo y ansia de venerar y recibir una dádiva del Cielo, si acaso en sus altos designios estaba destinado a ser su depositario y custodio».
- Coincide con Obanos.
- La mula va hasta Labiano: «Por fin, llegando la mula cerca del lugar de Labiano, cayó y quedó inmóvil junto a la antigua basílica dedicada a la Conversión de San Pablo Estando ya declarada la voluntad de Dios, que se venerara en ella el cuerpo de Felicia, lo levantaron con facilidad y lo colocaron en el mismo sitio donde se halla hoy».
- Coincide con Obanos.
- En Labiano, además, amplían esta parte de la leyenda con otro milagro de tono más popular: cuentan que antes de llegar a Labiano la mula meó y que allí surgió un manantial o una fuente que más tarde se tapó (actualmente, en octubre de 2025, están moviendo unas piedras en esa zona con intención de volver a localizar esta salida de agua que, por lo visto, llegó a existir).

Trayectos actuales, a pie, desde Amocáin hasta Labiano. Posiblemente alguno de estos, o parecido, fue el que se supone que hizo la mula llevando el cuerpo de Felicia.
- Referencia a otros milagros atribuidos al viaje de Felicia en mula: «Es de creer que en la prodigiosa traslación de Santa Felicia, en que Dios hizo tan magnifica ostentación de su poder, para manifestar al mundo los méritos de su fiel sierva, se hubiesen obrado muchos milagros (…) acompañados de fervorosa devoción de tantos fieles como concurrieron en tan memorable día. No se tiene noticia de ellos, por la penuria de historiadores de los tiempos antiguos. Falta también mucha parte de la historia de otros acontecimientos grandes de Navarra y de toda España; aunque es cierto que atestiguan y responden victoriosamente de la verdad de los milagros antiguos los inapelables que se han experimentado sin interrupción en tiempos posteriores, por cuyo medio la bondad infinita de Dios ha querido, para gloria suya, aumentar y extender la piedad y confianza de los fieles devotos en la intercesión de la Virgen Santa Felicia, siendo innumerables los que de todas partes se presentan a cumplir sus votos y propósitos por haberse visto libres de sus angustias y penalidades«.
- De este tipo de cosas no habla la versión de Obanos.
- Los señores de Amocáin se trasladan a vivir a Labiano, con Felicia: «El Señor de Amocáin, no pudiendo desprenderse del objeto de sus fervorosos cultos ni sufrir la distancia que le separaba de su mansion, despidiéndose de su poderosa casa vino con su mujer a la de Dios, a servir reverentes y postrados a quien con amor y humildad les habia servido. Ambos murieron en ella santamente como habían vivido».
- Esto no se cuenta en la versión tradicional de Obanos.
Mikel Pagola Erviti (octubre de 2025)







Fotografías de octubre de 2025. M. Pagola.


